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Derechos Humanos Ahora!

HONDURAS: DENUNCIA DE LA DIRECTORA GENERAL DEL LIBRO

Cuando se secuestran las instituciones del Estado,

MI ÚNICO DELITO

Yo Rebeca Becerra, acuso a Mirna Castro, a Juan Fernando Ávila Posas, disque Secretaria de Estado en el despacho de Cultura, Artes y Deportes y el otro Viceministro de Cultura; y todos aquellos que por medio de la traición han enfrentado al pueblo hondureño, los golpistas que juzgará la historia, y que están haciendo retroceder el estado de democracia que se desarrollaba en mi país. A los traidores y traidoras que dentro de la Secretaría fraguaron mi salida, estos y estas también arrastrarán en su conciencia hasta el día de su muerte la traición, no se les puede llamar de otra manera más que cobardes, cómplices del gobierno de facto.

Los denuncio por haberme, ilegítimamente, depuesto de mi cargo de Directora General del Libro y el Documento de esta Secretaría; por atrasar los procesos culturales emprendidos, por atentar contra la cultura.

Mi trabajo era llevar libros a los municipios más pobres de Honduras organizando bibliotecas (20 bibliotecas organizadas en menos de 2 años) en municipios donde nunca se había presentado un encargado de gobierno, de llevar el Bibliobús (promoción a la lectura) a los niños descalzos que no pueden acceder a un simple libro por la pobreza en la que viven.

Mi trabajo se basó en impulsar un proceso de modernización en la Biblioteca, Archivo y Hemeroteca Nacionales,  un proceso de digitalización que hoy peligra porque la ignorancia impera en el país. En fortalecer la Agencia Nacional del ISBN y atender hasta donde fuera posible las demandas de las dependencias a mi cargo.

Mi trabajo se basó en poner a trabajar gente que pernoctaba en sus cargos sin producir nada para el país, en despedir corruptos que se robaban los pocos recursos con que cuenta la Secretaría. En gestionar recursos para las dependencias. Se basó en imprimir libros, ¿acaso imprimir libros es un delito?, en apoyar a autores y autoras nacionales por medio de la compra de sus obras literarias para suplir la Red Nacional de Bibliotecas Públicas. En representar a mi país en el exterior dignamente. En hacer visible una dirección que agonizaba por falta de iniciativa, de visión y de compromiso.

Mi trabajo era apoyar a personas que venían del interior del país de colegios y escuelas públicas a solicitar libros para tener que leerles a sus alumnos. Personas sin recursos, que llegaban sin comer y que no podían irse con las manos vacías. Mi sensibilidad iba más allá de mi cargo como funcionaria pública hasta ofrecer parte de mi pago salarial para actividades y personas.

En apoyar a las y los artistas con producción de afiches, trifolios, etc. Nadie se fue de la Dirección General del Libro y el Documento con las manos vacías.

Mi trabajo era mi compromiso con la cultura y con mi patria. Lo cumplí con honradez y entrega, sacrificando mi familia, trabajando horas extras, sábados y domingos y más allá del cansancio.

Gracias a los que me acompañaron en esta lucha a favor de la cultura a los Coordinadores y Directores que creyeron en las directrices; los exhorto a seguir adelante, no dejemos morir este trabajo que nos ha costado tanto sacrificio.

Gracias a aquellos y aquellas que dentro de la Dirección General del Libro y el Documento, al Sindicato de la SCAD y otros/otras que no quiero mencionar porque me da asco, traicionaron este proceso cultural que se llevaba a cabo a favor del patrimonio bibliográfico y documental de la nación, el mal no me lo hacen a mí ni a mi familia si no a la CULTURA Y A NUESTRO PUEBLO.

Licda. Rebeca Becerra
Directora General del Libro y el Documento-SCAD
Secretaria Nacional de Cultura-CECC/SICA
Oficina 235-47-14

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