Benigna, más sola que nunca
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Hace unos días Benigna Leguizamón afirmó que la primera relación sexual mantenida con Lugo fue forzada, “en una palabra, me violó”, afirmó.
Esta grave acusación de Benigna, que se dio en el contexto de su propia indignación ante las maniobras dilatorias y chicanas de Lugo y su abogado Marcos Fariña en el proceso por demanda de filiación que la misma está impulsado contra el actual presidente, está pasando como una anécdota más, como una banalidad, además de los ataques de desprestigio contra ella por parte de Lugo y su entorno, todo con el fin de demoler su credibilidad.
En un comunicado emitido el 23 de abril pasado el PT hizo un llamado a todas las organizaciones de mujeres “a dar seguimiento y guardar especial atención con el caso de Benigna, porque sabemos que en este país, recurrir a la justicia, lastimosamente, no garantiza nada, y menos cuando se es pobre y, encima, mujer”. A esto debemos sumarle las dificultades que implica enfrentarse a un Presidente de la República que, encima, tiene el prestigio de haber sido obispo de la iglesia católica y el capital político de ser aún el depositario de las esperanzas de vastos sectores de la población.
Obstruir y enturbiar
Hoy, lastimosamente, debemos decir que nuestros temores no fueron vanos, y, por increíble que parezca, en este caso, el mayor riesgo no ha sido la “administración de la justicia”, sino las presiones y maniobras de Lugo a través de su abogado, buscando afanosamente apartar del caso a la Jueza Delcy Cardozo que, aparentemente, estaba tomando recaudos para proteger los intereses de la demandante.
¿Cómo se entiende que el Presidente Lugo, que dice buscar el saneamiento y transparencia del poder judicial, utilice todas las artimañas legales a su alcance para que la ley lo trate de manera especial? Esta actitud sólo desnuda la falsedad de su afirmación de que “él es el más interesado en que se aclare todo”’. Hasta ahora no ha hecho más que obstaculizar, dilatar y enturbiar el proceso.
La justicia debe tratar de la misma manera a todos y todas, y el primero que debería exigir que esto realmente sea así es el presidente, sin embargo, Lugo ha demostrado, una vez más, que su fuerte no es precisamente “predicar con el ejemplo”.
Ante estos hechos debemos preguntaros ¿De qué tiene miedo Lugo? ¿Por qué tanto esfuerzo en mellar la credibilidad de Benigna, en hacerla aparecer como loca u oportunista (estrategia común de los ofensores de diversa índole) y en retardar y complicar todo el proceso?
Un obispo “de novela”
La respuesta de Lugo fue que estamos ante “la segunda parte de una novela”. Y sí, sigue la novela, pero lo que no se dice es que esta novela es una historia lamentablemente muy conocida por miles de mujeres en nuestro país y en todo el mundo, una novela cuyo guión lo escriben los hombres, no las mujeres.
Desde todo punto de vista hubo abuso de poder en una relación, nunca negada, entre Fernando Lugo y Benigna, por lo que la responsabilidad en el guión de esta “novela” la debe asumir el Presidente.
Nuestro total apoyo a Benigna
No debemos permitiros olvidar, ni por un segundo, que aquí la víctima es Benigna, una mujer pobre y luchadora, enfrentada a poderes acostumbrados a “acomodar las cosas a su conveniencia”, y, en estos momentos, en los que, una vez más la “justicia” está en entredicho, debemos apoyarla más que nunca.
El PT nunca puso sus esperanzas de cambio socio-económico ni político en el gobierno de Lugo, sin embargo, sorprende que, incluso como persona, haya resultado ser tan indigno y decadente.
Comité Ejecutivo Nacional
Asunción, 27 de Junio de 2009
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